La vida es real sólo cuando Yo Soy; Gurdjieff.

NIVELES DE SER: Estudios

NIVELES DE SER:

«Y en verdad, ningún hombre tiene derecho de ser llamado un Hombre, en el pleno sentido de la palabra, hasta que sus cuatro cuerpos no se hayan desarrollado totalmente. Por eso, el

hombre verdadero posee numerosas propiedades que el hombre ordinario no tiene. Una de

estas propiedades es la inmortalidad. Todas las religiones, todas las antiguas enseñanzas

aportan la idea de que al adquirir el cuarto cuerpo, el hombre adquiere la inmortalidad; y todas indican caminos que llevan a la adquisición del cuarto cuerpo, es decir, a la conquista de la inmortalidad.

«En este sentido, algunas enseñanzas comparan al hombre con una casa de cuatro

habitaciones. El hombre vive en la más pequeña y miserable de todas, y hasta que le sea

dicho, no tiene la menor sospecha de la existencia de las otras tres, llenas de tesoros. Cuando oye hablar de ellas, comienza a buscar las llaves de estas habitaciones, especialmente de la cuarta, la más importante de todas. Y cuando un hombre ha encontrado el medio de penetrar en ella se convierte realmente en el amo de la casa, porque es solamente entonces que la casa le pertenece plenamente y para siempre.

«La cuarta habitación le da al hombre la inmortalidad hacia la cual todas las enseñanzas

religiosas se esfuerzan en mostrarle el camino. Hay un gran número de caminos, más o menos largos. más o menos duros; pero todos, sin excepción, conducen o se esfuerzan por conducir hacia una misma dirección, que es la de la inmortalidad.»

 «El lenguaje que permite la comprensión se basa sobre el conocimiento de la relación del

objeto examinado con su posible evolución, sobre el conocimiento de su lugar en la escala

evolutiva.

«Con este fin un gran número de nuestras ideas habituales están divididas de acuerdo a las

etapas de esta evolución.

«Una vez más, tomemos la idea del hombre. En el lenguaje del que hablo, en lugar de la

palabra «hombre» se usan siete palabras que son: hombre Nº 1, hombre Nº 2, hombre Nº 3,

hombre Nº 4, hombre Nº 5, hombre Nº 6 y hombre Nº 7. Con estas siete ideas, estaremos en

condiciones de comprendernos cuando hablemos del hombre.

«El hombre Nº 7 ha llegado al más completo desarrollo que le es posible al hombre, y posee

todo lo que el hombre puede poseer, sobre todo la voluntad, la conciencia, un «Yo» permanente e inmutable, la individualidad, la inmortalidad, y muchas otras propiedades que, en nuestra ceguera y nuestra ignorancia, nos atribuimos. Sólo podemos comprender hasta cierto grado al hombre N° 7 y a sus propiedades, así como a las etapas graduales por las cuales podemos acercarnos a él, es decir, el proceso del desarrollo que nos es posible.

«El hombre N°  6 sigue de cerca al hombre Nº 7. No difiere de él sino porque algunas de sus

propiedades todavía no han llegado a ser permanentes.

«El hombre Nº 5 es también para nosotros un tipo inaccesible de hombre, pues ha alcanzado

la unidad.

«El hombre Nº 4 es un grado intermedio; hablaré de él más adelante.

La creación de los tipos

superiores es el resultado de un largo proceso de gestación al cual hacia alusión

Jesús cuando, hablando a Nicodemo, le decía que el hombre debe nacer de

nuevo.

«Los hombres números 1, 2 y 3 constituyen la humanidad mecánica: permanecen en el nivel en que han nacido. El hombre Nº 1 tiene el centro de gravedad de su vida psíquica en el centro motor. Es el hombre del cuerpo físico en el cual las funciones del instinto y del movimiento siempre predominan sobre las funciones del sentimiento y del pensar.

«El hombre Nº 2 está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida

psíquica está en el centro emocional; es entonces aquel hombre en quien las funciones

emocionales predominan sobre todas las otras, es el hombre del sentimiento, el hombre

emocional.

«El hombre Nº 3 también está en el mismo nivel de desarrollo, pero el centro de gravedad de su vida psíquica se encuentra en el centro intelectual, en otras palabras es un hombre en quien las funciones intelectuales predominan sobre las funciones emocionales, instintivas y

motrices; es el hombre racional, que tiene una teoría para todo lo que hace, que parte siempre de consideraciones mentales.

«Cada hombre nace como hombre Nº 1, Nº 2 o Nº 3.

«El hombre Nº 4 no nace como tal. Nace como 1, 2 ó 3, y no llega a ser 4 sino como

consecuencia de esfuerzos de carácter muy definido. El hombre Nº 4 es siempre producto de un trabajo de escuela. No puede nacer como tal, ni desarrollarse accidentalmente; las

influencias ordinarias de la educación, de la cultura, etc., no pueden producir un hombre Nº 4. Su nivel es superior al del hombre Nº 1, 2 ó 3; tiene un centro de gravedad permanente que está hecho de sus ideas, de su apreciación del trabajo y de su relación a la escuela. Además, sus centros psíquicos ya han comenzado a equilibrarse; en él, un centro ya no puede tener preponderancia sobre los otros, como es el caso de los hombres de las tres primeras categorías. El hombre Nº 4 ya comienza a conocerse, comienza a saber hacia dónde va.

«El hombre Nº 5 ya es el producto de una cristalización; ya no puede cambiar continuamente como el hombre Nº 1, 2 y 3. Pero se debe tener en cuenta que el hombre Nº 5 puede ser tanto el resultado de un trabajo justo como el resultado de un trabajo equivocado. Puede haber llegado a ser Nº 5 después de haber sido No 4, y puede haber llegado a ser Nº 5 sin haber sido Nº 4. En este caso, no podrá seguir desarrollándose, no podrá llegar a ser Nº 6 y Nº 7. Para llegar a ser Nº 6, primero tendrá que volver a fundir completamente su esencia ya cristalizada, tendrá que perder intencionalmente su ser de hombre Nº 5. Pero esto no puede llevarse a cabo sino a través de sufrimientos terribles. Felizmente, tales casos de  desarrollo equivocado se dan mu pocas veces. 

.

El centro magnético se

identifica definitivamente al centro emotivo superior, arrastrando consigo —y

absorbiendo al mismo tiempo— al centro emotivo inferior.

«La división del hombre en siete categorías permite darse cuenta de miles de particularidades que no pueden ser comprendidas de otra manera. Esta división es una primera aplicación al hombre del concepto de la relatividad. Cosas aparentemente idénticas pueden ser completamente diferentes, según la categoría de hombres de donde realmente surgen, o en función de la cual se las encara.

«Según este concepto, todas las manifestaciones interiores y exteriores del hombre, todo lo

que le es propio, todas sus creaciones, están igualmente divididas en siete categorías.

«Por lo tanto, ahora podemos decir que hay un saber Nº 1, basado en la imitación, los

instintos, o aprendido de memoria, machacado, ejercitado repetidas veces. El hombre Nº 1, si es un hombre Nº 1 en todo el sentido de la palabra, adquiere todo su saber como un mono o como un loro.

«El saber del hombre Nº 2 es simplemente el saber de lo que a él le gusta. El hombre Nº 2 no quiere saber nada de lo que no le gusta. Siempre y en todo, quiere algo que le agrade. O bien, si es un enfermo, por el contrario es atraído por todo lo que le desagrada, está fascinado por sus propias repugnancias, por todo lo que provoca en él horror, espanto y náusea.

«El saber del hombre Nº 3 es un saber basado en un pensar subjetivamente lógico, en

palabras, en una comprensión literal. Es el saber del ratón de biblioteca, de los escolásticos.

Por ejemplo, son hombres N° 3 los que han contado cuántas veces se repite cada letra del

alfabeto árabe en el Corán y han basado en esto todo un sistema de interpretación.

«El saber del hombre Nº 4 es de una especie totalmente diferente. Es un saber que viene del

hombre Nº 5, quien lo ha recibido del hombre N° 6, el cual a su vez lo ha recibido del hombre Nº 7.

 

Sin embargo, es innecesario decir que el hombre Nº 4 asimila sólo el conocimiento de lo que corresponde a sus poderes. Pero en comparación con el saber del hombre Nº 1, 2 y 3, el saber del hombre Nº 4 ha comenzado a liberarse de los elementos subjetivos. El hombre Nº 4 está en camino hacia el saber objetivo.

«El saber del hombre Nº 5 es un saber total e indivisible. El hombre Nº 5 posee ahora un Yo

indivisible, y todo su conocimiento pertenece a este Yo. Ya no puede tener un «yo» que sepa algo, sin que otro «yo» no esté informado. Lo que sabe lo sabe con la totalidad de su ser. Su saber está más cercano al saber objetivo que el del hombre Nº 4.

«El saber del hombre Nº 6 representa la totalidad del saber accesible al hombre; pero aún

puede ser perdido.

«El saber del hombre Nº 7 es completamente suyo y ya no se le puede quitar; es el saber objetivo y enteramente práctico de Todo.

«Con el ser pasa exactamente lo mismo. Hay el ser del hombre Nº 1, es decir, de aquel que

vive a través de sus instintos y de sus sensaciones; hay el ser del hombre Nº 2, que vive de sus sentimientos, de sus emociones; y el ser del hombre Nº 3, el hombre racional, el teórico, y así sucesivamente. Es así que se comprende por qué el saber nunca puede estar muy alejado del ser. Debido a su ser los hombres Nº 1, 2 y 3 no pueden poseer el saber de los hombres 4, 5 y niveles superiores. Cualquier cosa que se les dé lo interpretan a su modo, no sabrían hacerlo de otra manera sino rebajándolo a su propio nivel inferior.

 

P. Ouspendky, Fragmentos de una enseñanza desconocida, ED. Hachette.

 http://eneagramacuartocamino.blogspot.com

2 comentarios

  1. ned

    hola

    mira estas imagenes te puede servir para tu blog, http://hubblesite.org/gallery/album/nebula

    ahora no tienes por si acaso el libro estudios del engrama de J. G. Bennett

    http://books.google.cl/books?id=1XjJzI1aJf4C&printsec=frontcover&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false

    7 octubre, 2010 en 21:25

  2. Pingback: Los números de 2010 « EL CUARTO CAMINO

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